El funcionamiento del lenguaje es algo que a menudo damos por sentado y que sin embargo, resulta de una gran complejidad. Cuando hablamos o escribimos utilizamos diferentes elementos que conforman una estructura lingüística. Entre ellos, se encuentran los signo, el significado y el significante. En este artículo vamos a profundizar en qué son cada uno de ellos y cómo se relacionan.
¿Qué es el significante?
El significante es la parte material del signo lingüístico, es decir, aquello que podemos percibir con nuestros sentidos. Si hablamos de una palabra en concreto, el significante sería la representación gráfica o fónica de la misma. Por ejemplo, la palabra «árbol» tiene como significante la cadena de sonidos «á-r-b-o-l».
¿Qué es el significado?
Por otro lado, el significado es la representación mental que asociamos al significante. Es decir, cuando escuchamos la palabra «árbol», inmediatamente pensamos en un objeto concreto, en este caso, un ser vivo de gran tamaño con ramas y hojas. En definitiva, el significado es aquello que representa el significante.
¿Qué son los signos lingüísticos?
Los signos lingüísticos son una construcción social que nos permite comunicarnos mediante un sistema lingüístico estructurado. Son elementos que ponemos en lugar de otros para poder referirnos a ellos. En términos generales, podemos decir que un signo lingüístico se compone de un significante y un significado.
¿Cómo se relacionan el significante y el significado en el signo lingüístico?
El significado y el significante son dos caras de una misma moneda, es decir, ambos elementos se relacionan estrechamente en el signo lingüístico. El significante es la representación material y visible mientras que el significado es la representación mental e invisible. Ambos elementos conforman una unidad lingüística que permite la comunicación entre las personas.
En definitiva, cuando hablamos de un signo lingüístico, hablamos de una imagen fónica o gráfica que remite a un concepto o idea. Para que este sistema funcione correctamente es necesario que exista un acuerdo social que permita que los significados asociados a los distintos significados no varíen en exceso entre las distintas personas que utilizan la lengua.
¿Cómo podemos identificar los signos lingüísticos en nuestra vida cotidiana?
Los signos lingüísticos están presentes en todos los ámbitos de nuestra vida y utilizamos constantemente para comunicarnos. A continuación, se presentan algunos ejemplos:
- Palabras: cualquier palabra que utilicemos, desde las más simples hasta las más complejas, son signos lingüísticos.
- Gestos y señales: algunos gestos y señales que realizamos, como el levantamiento de una ceja o el movimiento de una mano, pueden considerarse signos lingüísticos en determinados contextos.
- Símbolos: los símbolos que utilizamos en nuestro día a día, como los que aparecen en señalizaciones o los que acompañan a ciertas marcas comerciales, son signos lingüísticos que nos permiten reconocer algo sin necesidad de recurrir a la lengua hablada o escrita.
Preguntas frecuentes sobre signos, significado y significante
¿Todos los signos lingüísticos tienen un significado definido?
No necesariamente. En algunos casos, los signos lingüísticos pueden tener una gran variedad de significados, especialmente si tienen un uso metafórico o figurado.
¿Es posible que dos personas asocien significados distintos al mismo significante?
Sí, de hecho, es algo relativamente frecuente. Aunque existe un acuerdo social que determina los significados asociados a cada señal o palabra, estos significados no están grabados a fuego en la mente de cada persona. Por ello, es posible que dos personas asocien significados distintos a un mismo significante en función de sus experiencias personales o sus conocimientos previos.
¿Es necesario que exista un acuerdo social sobre los significados de los signos lingüísticos para que pueda darse la comunicación?
Sí, el acuerdo social es esencial para que se pueda dar una comunicación efectiva. Si cada persona asociara significados diferentes a cada palabra o señal, la comunicación resultaría imposible o extremadamente dificultosa. Por tanto, para que el lenguaje tenga utilidad, es imprescindible que exista un acuerdo social en torno a los significados de los distintos signos lingüísticos.